Junto a su habitual equipo de colaboradores, Andrés Lima se puso a trabajar a través de un programa de talleres de investigación en este montaje teatral, una especie de viaje emocional entre el drama y la comedia, entre la vida y la muerte, entre el amor y el olvido.
Un equipo compuesto por Eduard Fernández en la actuación. Beatriz San Juan en la escenografía y vestuario. Miquel Ángel Raió en la videocreación. Valentín Álvarez en la iluminación. Enrique Mingo en el espacio sonoro. Y Joseba Gil en la producción…
Lima, Premio Nacional de Teatro, explica que “intentaremos crear ese mundo difuminado y mágico, tenebroso y “a su manera feliz”, que es la enfermedad del Alzheimer. Pero no es solo eso la función, también es una exploración por la celebración de la vida cuando la vida se acaba”.
Durante un año van a trabajar en una serie de talleres en el que participa todo el equipo artístico, incluido Santiago Loza que hará más personal este viaje.
“Santiago Loza compondrá el texto a partir de las vivencias personales de los componentes del equipo, así como a través de la experiencia de profesionales y especialistas médicos, familiares y personas que lo padecen, y que participarán en los talleres de investigación”, explica Andrés Lima.
A partir de la escritura del autor, la obra nos conduce a una serie de situaciones de un personaje que deambula entre los recuerdos y la realidad, un conmovedor relato que nos invita a reflexionar y a adentrarnos en una realidad sombría.
Con mucha ternura, sin perder nunca el sentido del humor, mediante la poética del dramaturgo argentino, “hemos comenzado un viaje que culminará en un espectáculo, que se estrenará en Madrid (Teatros del Canal) después de un año y medio (o de toda una vida) de viaje. Entonces empezará otro viaje. Espero que Ana María, de alguna manera, lo vea… y le guste”, cuenta Andrés Lima.