"El teatro tiene el poder de volverte a colocar en el patio del colegio"
Ángel Haro, artista plástico y escenógrafo valenciano que lleva desarrollando su labor desde el año 1979, es el artista encargado de llevar a cabo el mural que crea el protagonista de El pintor de batallas, la adaptación teatral de Antonio Álamo sobre la novela de Arturo Pérez-Reverte y que se estrenará en el Teatro Calderón de Valladolid el 7 de octubre para después realizar una gira por el país antes de aterrizar en los Teatros del Canal de Madrid en marzo.
No es la primera vez que Ángel Haro (Valencia, 1958) participa en una producción teatral, ya que a partir del año 1991 comenzó a diseñar la escenografía en diversas producciones de cine, teatro y ópera. Destaca su trabajo en El sueño de la razón de Buero Vallejo para la que realizó la escenografía y los audiovisuales de la función. Pero en esta ocasión, lo que Antonio Álamo le pide es algo muy especial. El artista Ángel Haro, en cierta medida, tendrá que ponerse en la piel de Faulques, el protagonista de la obra, que durante la función va creando un mural, la pintura de una gran batalla, quizás la última batalla.
“Ha sido un proceso principalmente actoral porque me meto en el pellejo de otro, aunque efectivamente siempre hay algo de ti, es inevitable”, afirma el pintor que ha trabajado mano a mano con el director del montaje, pero que reconoce que aunque todo está en el texto: "Conocer al actor que interpreta al personaje (Jordi Rebellón) también sirve, su cuerpo te da claves de cómo va a ser el personaje y también es importante lo que tú intuyes que puede aportar tu obra a ese proceso, tus propios vicios como pintor".
El trabajo que ha tenido que hacer Ángel Haro ha sido intenso. Para quien no conozca la novela de Pérez-Reverte, el mural que pinta Faulques está lleno de referencias, desde Paolo Uccello a Picasso y desde Goya al mexicano Dr.Alt, pero el artista afincado en Murcia no ha renunciado a su propio lenguaje. “No ha sido tan complicado aunar todos esos referentes porque algunos también son míos, como La batalla de San Romano, pero es cierto que los gustos pictóricos de los literatos no son siempre los mismo que los de los pintores, puesto que ellos se fijan más en la historia y nosotros más en la alquimia. Pero he intentado no volverme loco y lograr que esos referentes junto a los míos sean compatibles”, explica el artista.
Su relación con el teatro viene de lejos, reconoce que se aficionó a la lectura gracias al teatro, “porque me gustaba ver el nombre de quién decía cada cosa al principio de cada frase", Igualmente, Haro afirma que es un arte que le apasiona porque, a diferencia del cine que tiende cada vez más al hipernaturalismo, "el teatro tiene el poder simbólico y mágico de convertir una caja de cartón en un coche, como hacen los niños, y que todo el patio de butacas vea ese coche. El teatro tiene el poder de volverte a colocar en el patio del colegio y eso me gusta".